Descripción:
El jaguar es el mayor felino de América Es un animal robusto y musculoso que
presenta variaciones significativas en cuanto al tamaño, con un peso que oscila
normalmente entre 56 y 96 kilogramos, aunque hay registros de machos más
grandes, de hasta 158 kg (aproximadamente como una tigresa o una leona), y por el contrario los más pequeños
pueden tener un peso tan bajo como 36 kg. Las hembras suelen ser un 10-20%
más pequeña que los machos. La longitud de este félido varía entre 162 y
183 cm y la cola puede añadir unos 75 cm más. Su altura hasta los
hombros es de unos 67-76 cm. Su cabeza es voluminosa y con una
mandíbula prominente; el color de sus ojos varía de un tono amarillo oro a un
amarillo verdoso y sus orejas son relativamente pequeñas y redondeadas.
Se han observado variaciones en su tamaño en
diferentes regiones y hábitats, mostrando
un incremento de tamaño cuanto más al sur se localicen.
La estructura corta y robusta de sus miembros hace que
sea muy hábil a la hora de escalar, arrastrarse y nadar. La cabeza es robusta y la
mandíbula extremamente potente; se ha sugerido que el jaguar
tiene el mordisco más potente de todos los félidos y el segundo
más potente de todos los mamíferos (tras la hiena
manchada); esta potencia es una adaptación que le permite
incluso perforar caparazones de tortuga
La base de su pelaje suele ser de un
color entre amarillo pálido y castaño rojizo. La piel está cubierta de unas
manchas en forma de rosa para camuflarse en su hábitat selvático. Las manchas
pueden variar en la piel de un mismo animal y entre diferentes jaguares: las
rosetas pueden incluir una o más manchas y la forma de las manchas varía. Las
de la cabeza y el cuello son generalmente sólidas, igual que las de la cola,
donde se pueden unir para formar una banda. La región ventral, el cuello y la superficie
exterior de las patas y los flancos inferiores son blancos.
Hábitat:
Su distribución actual está muy
fragmentada y se extiende desde del norte de México, a través de América Central, hasta el norte de Argentina, incluida la mayor parte de la amazonia brasileña. Los países incluidos en esta
distribución son Argentina, Belice, Bolivia, Brasil, Colombia, Costa Rica (en particular en la península de Osa), Ecuador, Estados Unidos, Guatemala, Guayana Francesa, Guyana, Honduras, México, Nicaragua, Panamá, Paraguay, el Perú, Surinam y Venezuela. Actualmente ha sido extirpado en El Salvador y Uruguay. Se encuentra en muchas reservas naturales a lo largo de su ámbito de
distribución
Hábitos:
Como todos los félidos el jaguar es un carnívoro estricto, esto es, que se alimenta exclusivamente de
carne. Es un cazador solitario y oportunista y su dieta
abarca más de 80 especies diferentes Prefiere presas grandes, fundamentalmente mamíferos
diurnos, como capibaras, tapires, pecaríes y en ocasiones ciervos, pero
también caza caimanes o incluso anacondas, aunque incluye entre sus presas prácticamente de
todas las especies pequeñas que pueda capturar, como ranas, agutíes, aves grandes, peces, puercoespines o tortugas.
Aunque utiliza la técnica de asestar un mordisco
profundo en el cuello para provocar la asfixia en sus presas, típica del género Panthera, prefiere un método de matar único entre los félidos
(especialmente con el capibara): muerde
directamente los huesos
temporales del cráneo entre las orejas
de las presas con sus colmillos, perforándolos hasta alcanzar el cerebro.
Comportamiento:
Como la mayoría de los felinos, es un animal solitario
(exceptuando el conjunto madre-cachorros). Por lo general los adultos sólo se
encuentran para el cortejo y el apareamiento (aunque se han constatado casos
anecdóticos de socialización) y suele establecer un amplio territorio y defenderlo. En el caso de las
hembras estos territorios, que miden entre 25 y 40 km², pueden superponerse, pero los animales suelen evitarse entre ellos. Los
de los machos cubren aproximadamente el doble de superficie, con una extensión
que varía según la disponibilidad de presas y espacio, y no se superponen.
Utilizan vocalizaciones, arañazos en los árboles, orina y heces para marcar su
territorio.
Las hembras alcanzan la madurez
sexual aproximadamente entre los 12 y 24 meses de edad y los machos entre
los 24 y 36 meses. Se cree que en estado salvaje se aparean durante todo el año, aunque el
número de nacimientos se incrementa durante la estación lluviosa, cuando las presas son más abundantes. Investigaciones realizadas con
machos en cautividad apoya la hipótesis de que se emparejan durante todo el
año, sin variaciones estacionales en las características del semen y la calidad eyaculatoria; también
se ha observado un éxito reproductivo reducido en cautividad. El celo de la hembra dura 6-17 días de
un ciclo completo de 37 días; las hembras indican que son fértiles con
marcas odoríferas urinarias y una mayor vocalización. Durante el cortejo ambos sexos
cubren un territorio más amplio del habitual.
Las parejas se separan después del
coito y las hembras se encargan del cuidado de los cachorros. El periodo de gestación dura entre 93 y 105 días; las
hembras paren habitualmente 2 crías, aunque el número puede oscilar entre una y
cuatro. La madre no tolera la presencia de machos después del nacimiento de las
crías, por el riesgo de canibalismo infantil; este comportamiento
también se observa en el tigre.
Las crías nacen ciegas e indefensas
y dependen por completo de su madre; empiezan a ver después de dos semanas. Los
cachorros son destetados a la edad de tres meses, pero permanecen en la
madriguera donde han nacido hasta los cinco o seis meses, momento en el que
empiezan a salir para acompañar a la madre cuando va de caza. Permanecen en
compañía de la madre durante uno o dos años antes de abandonarla para
establecer su propio territorio. Los machos jóvenes son inicialmente nómadas, enfrentándose con ejemplares más
viejos hasta que consiguen hacerse con un territorio. Se estima que su
longevidad típica en libertad es de unos 11-12 años; en cautividad puede vivir hasta 25
años, habiéndose registrado incluso una hembra que alcanzó los 32 años, lo que
lo sitúa entre los félidos más longevos.
Su conservación:
Las poblaciones de este gran félido
se encuentran actualmente en declive. El animal está catalogado como especie casi amenazada por la Unión (UICN) lo que quiere decir que podría estar
amenazado de extinción en un futuro próximo. La pérdida de
parte de su ámbito de distribución, incluida su práctica eliminación de sus
áreas históricas en el norte, así como la creciente fragmentación de las zonas
restantes, ha contribuido a su estatus actual.
Anexos:
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